Saturday, April 01, 2006

Por las memorias ya perdidas...

Nunca quiero olvidar. Aunque sea la maldición de muchos, mi memoria es lo mejor de mí y nunca la quiero perder. Me encanta cuando recordando un día insignificante puedes hacer una cadena entera de eventos que te llevan a lo maravilloso de un día o de una situación. Hay recuerdos que nunca pensaste guardarías pero que siguen ahí dando vueltas, como las cosas que te pasaron cuando estabas chiquito, estar en el jardín de casa de tu tía y le toman una foto a tus primas y a ti no. O cuando te caíste y volaste por las escaleras del patio de la escuela y te quedo una cicatriz en la rodilla.
Es más fácil olvidar lo que no se quiere recordar; los días malos, las historias perdidas, las lágrimas escondidas y como te duele la nariz. Aun así no son cosas que se pueden dejar atrás, siempre es mejor recordar.
Hay situaciones que nos traen instintos, que deberíamos borrar, pero si lo hiciéramos ¿no nos arrepentiríamos después? Algunas veces el tiempo tiene que pasar para que podamos reírnos de la vida por que aunque es mejor reírse con ella desde un principio no siempre es posible. Y es por eso que he decidido que hay cosas que nunca quiero olvidar; mi primer año de secundaria y mis clases de inglés, mi pelea con las que nunca creí serían mis mejores amigas, mi cumpleaños de Trolls, mi cumpleaños # 20, mi primera serenata, cuando atropellaron a mi maestra de pintura, cuando me llamaron bruja, cuando dejó de hablarme mi amiga de toda la vida, cuando el breakdown primero, tantas palabras dichas en orden equivocado y así creo que muchas cosas más, no son importantes pero son mías. Al final, todo es un juego y por eso, hay que perdonarlo, no?
Es sólo vida.

-Quand il me prend dans ses bras, il me parle tout bas, Je vois la vie en Rose- Edith Piaf, La vie en rose

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